En los años ochentas, la banda de rock Motley Crue fue una de las más grandes bandas del mundo, alcanzando el éxito con su estilo único de rock duro y heavy metal. Su música fue interpretada en radios de todo el mundo, convirtiéndolos en uno de los grupos más famosos de los ochentas.
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Motley Crue tenía una innegable habilidad de combinar no sólo gran música, sino también una agresividad y satanismo sobre el escenario, con la ayuda de llamadas atención y escándalos. La banda fue una completa fuerza de la naturaleza, ganándose esteriotípos por los grandes excesos que sus integrantes llevaban en su momento, encabezando giras mundiales, actuando en festivales de alto perfil y llevando a cabo ofertas de una producción teatral sin precedentes.
Los problemas de drogadicción, alcoholismo, etc llevaron a la banda a la decadencia, teniendo incluso que llegar la ayuda de instituciones para desintoxicarse. Lo curioso es que los miembros de la banda acordaron que solo se grabarían nuevos discos si los cuatro se encontraban sobrios, es de esta manera que lanzaron un nuevo album, aunque su momento había pasado recibió buena aceptación por parte de sus fans sin embargo no tuvo el éxito de sus album anteriores.
Aunque su éxito fue fugaz, la banda salió de su estado de gracia como una de las bandas más grandes y exitosas de la historia de la música. Crearon una única mezcla de heavy metal y rock and roll punk que influenció a muchas nuevas generaciones de músicos. Más allá de sus problemas con la existencia, Motley Crue ciertamente dejó su marca en la industria de la música.